martes, 12 de junio de 2012


COMPAÑEROS DE CLASE
Es éste un llamado a la razón, una voz probable de la Rebeldía necesaria ante la deshumanización hecha sistema, contra la miseria dada por ley. Esta voz que se convierte en grito de atención, grito silencioso que retumba en los oídos del explotado, del hambriento, del miserable, del olvidado, de nosotros.
En cada esquina de cada barrio y en cada barrio de cada país azotado por las garras del águila imperial, que nos involucran en su juego sangriento de dominación, en el que desempeñamos la posición de carroña, desguazada pedazo a pedazo por una clase política y económica que actúa como proxeneta repugnante.
¡Despierta! ¡Despierta! ¡Despierta! Salid de este estúpido sueño al que nos han obligado y al que nos entregamos voluntariamente alucinando con la mercancía que nos inyectan.
Cuestiona, critica, REBÉLATE, propone. Es hora de parar esta locomotora devoradora de humanidad con destino salvaje.
Hay que perturbar esa tranquilidad lerda que ellos desean para su vil maniobra, desatemos el aleto imparable de la mariposa hasta provocar la tempestad que derribe esta estructura que nos aplasta.

CON EL PUEBLO, CON LAS  ARMAS  AL PODER

domingo, 20 de mayo de 2012

El T.L.C. y Las locomotoras rumbo a Auschwitz.


Históricamente los países latinoamericanos desde la independencia de España han buscado el crecimiento económico de las naciones, en los años 50 la CEPAL[1] mediante artículos y estudios demostró que los países “tercermundistas” estaban en desventaja con los países del primer mundo y que existía una relación de centro y periferia, donde el centro se encarga de producir productos de alta tecnología cuya demanda es creciente mientras los países periféricos (ósea Nosotros) somos encargados de producir materias primas y productos agrícolas que se caracterizan por tener menor complejidad. Esto hacía que el intercambio entre los países desarrollados (centro) y subdesarrollados (periferia) empeorara la situación de estos últimos, ya que la balanza comercial seria siempre desfavorable, dicho de otra manera el total de los productos que importamos valen mucho mas que el total de los productos exportados.
Por esta razón los países latinoamericanos pusieron su mira en el modelo económico ISI (Industrialización por Sustitución de Importaciones), que consistía en exportar nuestros productos agrícolas y materias primas para importar maquinaria y equipo he industrializar nuestras naciones; debemos aclarar que no solo los países latinoamericanos impusieron este modelo económico, los llamados tigres asiáticos (Hong Kong, Singapur, Corea del Sur y Taiwán)  hicieron lo propio a diferencia de nosotros los latinos, a ellos si les funciono el modelo de crecimiento, cabe aclarar que crecimiento se refiere a los índices macroeconómicos como el PIB (Producto Interno Bruto).
¿Pero… y que paso con Latinoamérica? A diferencia de nosotros los llamados tigres asiáticos invirtieron grandes sumas en la educación y el desarrollo tecnológico de su nación, protegieron sectores económicos fuertes, el Estado y la Burguesía  juntaron esfuerzos para crear crecimiento económico y luego lanzarse a la lucha del libre comercio. Los gobiernos latinoamericanos y en particular el Colombiano se dedicaron a protegerle las gaseosas a los Lulle, las empresas a los Santos, a sectores poco productivos de la nación, sumándole a ello tampoco hubo inversión en la educación, mucho  menos en la ciencia y la tecnología; con la platica (deuda externa) para nuestra “industrialización” mal invertida, el país empezó a sufrir de grandes crisis económicas, inflación elevada, déficit fiscal, y poca industrialización.
Entonces acudimos presurosos a la ayuda de Estados Unidos, quienes en su sabiduría absolutista nos impusieron como modelo de desarrollo el llamado “Consenso de Washington” donde nos dicen que debemos hacer para llegar a índices de crecimiento y desarrollo, las propuestas de ese “Consenso” fueron:
1.       Disciplina presupuestaria= (No educación, No Salud)
2.       Reordenamiento de las prioridades del gasto público= (No ayuda al campo, No Vivienda)
3.       Reforma Impositiva= (mas impuestos para todos, menos impuestos para ricos)
4.       Liberalización del tipo de interés= (Dólar sube, Dólar baja, Bienvenido capital especulativo)
5.       Tipo de cambio Moneda competitivo= (el dólar mas caro)
6.       Liberalización del comercio= (aumentar las importaciones, adiós industria)
7.       Eliminación de las barreras a las inversiones extranjeras directas (multinacionales, saqueo)
8.       Privatización= (Nada que decir)
9.       Desregularización de los mercados= (Estado (pequeño) MERCADO(grande))
10.   Protección de la propiedad privada= (mmm ahora entiendo)
Entonces el desarrollo por vía del libre comercio no es algo nuevo con los TLC  firmados con USA, Unión Europea y el próximo a firmar con Corea, sino que esta política fue implantada por la llamada “Apertura Económica” del expresidente Cesar Gaviria, que cumplía a cabalidad con las “sugerencias” del Consenso de Washington.
¿Y como nos fue con la Apertura? Pues el campesinado quebró debido a que no pudo competir con los grandes subsidios a la agricultura de Norteamérica y Europa, la industria cerró sus puertas, el desempleo es una constante y los trabajadores han caído en la precariedad.
¿Qué viene entonces de nuevo con los TLCs? Lo primero es convertir en casi una medida irreversible la idea del libre comercio como la panacea del desarrollo y el crecimiento, pero además el TLC con Estados Unidos no es la simple baja de aranceles para aumentar los intercambios comerciales, que de por si son nocivos para un país atrasado como el nuestro; sino que también es un acuerdo que reglamenta las importaciones, las exportaciones, la agricultura, la industria, los servicios, las inversiones extranjeras, el sector financiero, las comunicaciones, la propiedad intelectual, la educación, la inversión publica, la cultura, las reformas laborales, ambientales y sanitarias. Es entonteces no solo en materia económica sino que  es el neocolonialismo al extremo.
Ahora entendemos a que se debe la reforma a la educación, puesto que este sector no debe ser concebido como inversión estatal sino privada e individual, encontramos las causas de la precariedad laboral para convertirnos en competitivos como lo son Malasia y México impulsando maquilas, y las concesiones mineras para garantizar la inversión extranjera sin importar el medio ambiente, ya sabemos de donde viene la construcción de hidroeléctricas que atentan contra las poblaciones y la naturaleza, podemos entender el porqué de la Ley de Lleras que patenta el conocimiento, y ni hablar de la ley 1453 de 2011 o código de seguridad ciudadana, en donde se criminaliza la protesta social… Pues entonces lo que los TLCs traerán para Colombia es un nuevo colonialismo al peor estilo del Capitalismo, subdesarrollo, pobreza, miseria, desempleo, hambre, baja educación, precarización laboral, y por supuesto aumento de las medidas represivas como evidentemente lo es la llegada de soldados norteamericanos a nuestras tierras.  Con todo esto ya sabemos cual es el destino de las locomotoras de santos.
Ya se llevaron los huevos de la gallina ahora vienen por la gallina, por el maíz y por el gallinero rumbo a Auschwitz.



[1] Comisión Económica Para América Latina.

miércoles, 16 de mayo de 2012


Carta a los Corazones Rebeldes

Saludo Fraterno y combativo, 

Esta misiva la dirigimos con destino a quien quiera recibirla, nuestras palabras a pesar de verse hoy mas perseguidas que nunca buscan de manera terca llegar a  oídos de la gente, de las mayorías que aun no se explican como sin conocernos estamos dispuestos a morir por sus derechos, que son los mismos nuestros.

queremos primero que todo contarles, que aquí en lo subterráneo ha arrancado una persecución inclemente tras los hechos del trágico accidente del pasado mes de marzo en que fallecieron tres estudiantes de la Universidad Pedagógica; en Bogota, han circulado desde entonces  toda clase de informaciones erróneas y hemos sentido mas que nunca el olfato de los perros de la represión sobre nuestros cuellos.

 De ahí que nuestra actividad haya disminuido, no obstante queremos aclarar que seguimos firmes, y que precisamente esa persecución nos ha develado un nuevo camino, nos ha empujado a tomar una decisión certera que definirá los caminos de lucha de nuestra organización: Vamos de Frente Contra el Estado, asumimos esa decisión con toda la responsabilidad que ello implica por que somos conscientes que no podemos seguir evadiendo nuestra tarea en la historia.

La lucha y la operatividad de la organización tiende a emplazarse a las calles, al núcleo de todas las desigualdades sociales con el objeto de asumir nuestro quehacer político junto a la gente, hoy nos ponemos del lado de las necesidades de la gente!!

Hoy. dirigimos estas palabras a usted compañero o compañera que sin conocernos nos apoya y cree en la justeza de nuestra lucha para que no desista en su cotidianidad, para que este atentx, para que no se rinda en sus luchas del día a día, este es el momento en el que mas necesario se hace creer en la mística que rodea todas esas cosas que ni la muerte misma puede matar!! cerremos esa cadena de afectos en torno a un nuevo proyecto de país que se niega rotundamente a ser castrado en sus posibilidades de generar respuestas que conduzcan a la dignificacion de la vida del colombiano de a pie.

No dude compañero y compañera de corazón rebelde que no nos rendiremos hasta que en esta patria amanezca la misma bandera para todos.

Por la Vida a Luchar y a Vencer!!

miércoles, 4 de abril de 2012

Sólo la Muerte...


tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel del alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido de perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.

Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra,
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos;
la muerte está en la escoba,
en la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.

La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante


Pablo Neruda.

miércoles, 18 de enero de 2012

Los Invisibles.

Por: EDUARDO GALEANO

Esto empezó con una explosión de violencia. Pocos días antes de la Navidad, muchos hambrientos se lanzaron al asalto de los supermercados. Entre los desesperados, como suele ocurrir, se colaron unos cuantos delincuentes. Y en esas horas del caos, mientras corría la sangre, el presidente argentino habló por televisión. Palabra más, palabra menos, dijo: la realidad no existe, la gente no existe.
Y entonces nació la música. Empezó de a poquito, sonando en las cocinas de algunas casas, cucharones que golpeaban cacerolas, y salió a las ventanas y a los balcones. Y se fue multiplicando, de casa en casa, y ganó las calles de Buenos Aires. Cada sonido se juntó con otros sonidos, la gente se juntó con la gente, y en la noche estalló el concierto de la bronca colectiva. Al son de los tachos de cocina, y sin más armas que ésas, se alzó el clamor de la indignación. Convocada por nadie, la multitud invadió los barrios, la ciudad, el país. La policía respondió a balazos. Pero la gente, inesperadamente poderosa, derribó al Gobierno.
Los invisibles habían ocupado, cosa rara, el centro de la escena. No sólo en la Argentina, no sólo en América Latina, el sistema está ciego. ¿Qué son las personas de carne y hueso? Para los economistas más notorios, números. Para los banqueros más poderosos, deudores. Para los tecnócratas más eficientes, molestias. Y para los políticos más exitosos, votos.
La pueblada que volteó al presidente De la Rúa fue una prueba de energía democrática. La democracia somos nosotros, dijo la gente, y nosotros estamos hartos. ¿O acaso la democracia consiste solamente en el derecho de votar cada cuatro años? ¿Derecho de elección o derecho de traición? En la Argentina, como en tantos otros países, la gente vota, pero no elige. Vota por uno, gobierna otro: gobierna el clon.
El clon hace, desde el Gobierno, todo lo contrario de lo que el candidato había prometido durante la campaña electoral. Según la célebre definición de Oscar Wilde, cínico es el que conoce el precio de todo y el valor de nada. El cinismo se disfraza de realismo; y así se desprestigia la democracia.
Las encuestas indican que América Latina es, hoy por hoy, la región del mundo que menos cree en el sistema democrático de gobierno. Una de esas encuestas, publicada por la revista The Economist, reveló la caída vertical de la fe de la opinión pública en la democracia, en casi todos los países latinoamericanos: según los datos recogidos hace medio año, sólo creían en ella seis de cada diez argentinos, bolivianos, venezolanos, peruanos y hondureños, menos de la mitad de los mexicanos, los nicaragüenses y los chilenos, no más que un tercio de los colombianos, los guatemaltecos, los panameños y los paraguayos, menos de un tercio de los brasileños y apenas uno de cada cuatro salvadoreños. Triste panorama, caldo gordo para los demagogos y los mesías de uniforme: mucha gente, y sobre todo mucha gente joven, siente que el verdadero domicilio de los políticos está en la cueva de Alí Babá y los cuarenta ladrones.
Un recuerdo de infancia del escritor argentino Héctor Tizón: en la avenida de Mayo, en Buenos Aires, su papá le señaló a un señor que en la vereda, ante una mesita, vendía pomadas y cepillos para lustrar zapatos:
Ese señor se llama Elpidio González. Míralo bien. Él fue vicepresidente de la república.
Eran otros tiempos. Sesenta años después, en las elecciones legislativas del 2001, hubo un aluvión de votos en blanco o anulados, algo jamás visto, un récord mundial. Entre los votos anulados, el candidato triunfante era el pato Clemente, un famoso personaje de historieta: como no tenía manos, no podía robar.
Quizá nunca América Latina había sufrido un saqueo político comparable al de la década pasada. Con la complicidad y el amparo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, siempre exigentes de austeridad y transparencia, varios gobernantes robaron hasta las herraduras de los caballos al galope. En los años de las privatizaciones, rifaron todo, hasta las baldosas de las veredas y los leones de los zoológicos, y todo lo evaporaron.
Los países fueron entregados para pagar la deuda externa, según mandaban los que de veras mandan, pero la deuda, misteriosamente, se multiplicó, en las manos ágiles de Carlos Menem y muchos de sus colegas. Y los ciudadanos, los invisibles, se han quedado sin países, con una inmensa deuda que pagar, platos rotos de esa fiesta ajena, y con gobiernos que no gobiernan, porque están gobernados desde afuera.
Los gobiernos piden permiso, hacen sus deberes y rinden examen: no ante los ciudadanos que los votan, sino ante los banqueros que los vetan.
Ahora que estamos todos en plena guerra contra el terrorismo internacional, esta duda no está demás: ¿Qué hacemos con el terrorismo del mercado, que está castigando a la inmensa mayoría de la humanidad? ¿O no son terroristas los métodos de los altos organismos internacionales, que en escala planetaria dirigen las finanzas, el comercio y todo lo demás? ¿Acaso no practican la extorsión y el crimen, aunque maten por asfixia y hambre y no por bomba? ¿No están haciendo saltar en pedazos los derechos de los trabajadores? ¿No están asesinando la soberanía nacional, la industria nacional, la cultura nacional?
La Argentina era la alumna más cumplida del Fondo Monetario, del Banco Mundial y de la Organización Mundial del Comercio. Así le fue.
Damas y caballeros: primeros son los banqueros. Y donde manda capitán, no manda marinero. Palabras más, palabras menos, éste ha sido el primer mensaje que el presidente George W. Bush ha enviado a la Argentina. Desde la ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos y del mundo, Bush declaró que el nuevo Gobierno argentino debe «proteger» a sus acreedores y al Fondo Monetario Internacional y llevar adelante una política de «más austeridad».
Mientras tanto, el nuevo presidente provisional argentino, que sustituye a De la Rúa hasta las próximas elecciones, metió la pata en su primera respuesta a la prensa. Un periodista le preguntó qué iba a priorizar, la deuda o la gente, y él contestó: "La deuda". Sigmund Freud sonrió desde su tumba, pero Rodríguez Saá corrigió de inmediato su respuesta. Y poco después, anunció que suspenderá los pagos de la deuda y destinará ese dinero a crear trabajo para las legiones de desocupados.
La deuda o la gente, ésa es la cuestión. Y ahora la gente, la invisible, exige y vigila.
Hace cosa de un siglo, don José Batlle y Ordóñez, presidente del Uruguay, estaba presenciando un partido de fútbol. Y comentó:
- ¡Qué lindo sería si hubiera 22 espectadores y 10.000 jugadores!
Quizá se refería a la educación física, que él promovió. O estaba hablando, más bien, de la democracia que quería.
Un siglo después, en la Argentina, el país vecino, muchos de los manifestantes llevaban la camiseta de su selección nacional de fútbol, su entrañable señal de identidad, su alegre certeza de patria: con la camiseta puesta, invadieron las calles. La gente, harta de ser espectadora de su humillación, invadió la cancha. No va a ser fácil desalojarla.