miércoles, 16 de noviembre de 2011

La gran manifestación

Por: Alfredo Molano Bravo

Estuve mirando el paso de la marcha universitaria en contra de la reforma a la Ley 30 del 92.

Quince mil o veinte mil estudiantes manifestando su desacuerdo sin violencia, abrazando policías, distribuyendo chapolas con fundadas críticas al proyecto, cantando unos, bailando otros, contrariando esquemas y hábitos. Fue emocionante. Y además ilustrativo. Tengo la sensación de que el estudiantado ya no quiere, como lo pretendíamos nosotros en los 60, asaltar el cielo a pedrada limpia. No se trata de ser la vanguardia, sino de ser un sector que participa en la vida política del país. No hubo heridos ni vitrinas rotas. Desfilaron mostrando su fuerza sin ejercerla. Controlaron y desautorizaron a quienes podían poner en peligro el rechazo radical a la iniciativa del Gobierno. La idea de abrazar transeúntes, espectadores y a la misma Fuerza Pública creó un ambiente de simpatía y, añadiría, de respeto a favor de su protesta, como quizá desde las manifestaciones del año 29 contra Abadía Méndez, o del 54, contra Rojas Pinilla, no se veía. Tampoco se habían visto niñas con sus senos al aire pidiendo que la reforma la hiciéramos entre todos. No sólo le pusieron al desfile un toque de libertad, sino de franqueza. El señor procurador debió esconderse y temblar debajo de su escritorio viendo tal desenvoltura. La senadora Gilma Jiménez debe estar preparando en alguna sacristía una denuncia contra las estudiantes por corrupción de menores. Más asombroso fue ver a la Policía parada en una esquina, seria y serena mientras los estudiantes les pintaban corazones rosados, rojos y azules en sus escudos. No fue sólo espectáculo. Fue una defensa de lo que se llamó la democracia participativa que, nos dijeron, es el espíritu de la Constitución del 91, que el presidente Santos parece poner entre paréntesis cuando afirma que no es la calle el sitio para la discusión de reformas, sino el Congreso. El Congreso, donde a pupitrazo limpio se aprueba lo que el presidente quiera. Como, por ejemplo, en este caso, convertir la educación superior en una enorme maquila de obreros calificados, o supercalificados, para exportar. Una fábrica de autómatas, piezas de una gran máquina, que no critiquen y hagan realidad una de las consignas más finas de los estudiantes: “Pienso, luego desaparezco”. Es la esencia de la reforma: desaparecer a quien piensa, ahogarlo a punta de fórmulas. La calidad de la educación universitaria quiere ser sacrificada en favor de la producción en serie de profesionales obedientes, adocenados y formateados. ¿Y dónde emplearán esa masa de robots si la economía, con todas sus locomotoras al galope, será incapaz de emplearlos? Pues se exportarán, como cualquier camisa confeccionada en un galpón de Cajicá o de Sesquilé. El objetivo final es producir un capital humano, como lo llaman, barato. Pero además que ese “precio de oferta” —sale, lo llamaría el viceministro de Educación— sea pagado por el mismo producto o sea por el “profesional” lleno de grados y títulos a través de una plata que le presta el Icetex, un programa que terminará en manos del sistema bancario. ¡Qué más privatización que esa! La educación —decía una chapola— es un derecho, no un producto de supermercado. Y es que, diría el ministro de Hacienda, “plata no hay”. ¿Y cómo puede haber, si la que nos sacan a punta de impuestos se gasta en represión pura: un estudiante —dicen los estudiantes— le cuesta hoy al Estado tres millones y medio de pesos al año; un soldadito, $18 millones, y un preso, $12 millones. Si por lo menos a cambio de la reforma soltaran los soldaditos a trabajar, habría ganancia.La manifestación del martes fue un ejemplo de democracia militante, incluida la Policía de Bogotá, que se dejó abrazar, en vez de amenazar, agredir, dar palo. Afirmo, por tanto, que Clara López, la alcaldesa, sería el mejor ministro de Defensa que jamás pudiéramos soñar. Mando civilizado se llama esa virtud.

martes, 8 de noviembre de 2011

La Guerrilla también llora sus muertos y reclama sus prisioneros


Por: Carlos Medina Gallego

Con la muerte de Alfonso Cano, se llega a la desoladora conclusión de que no sólo nos hemos acostumbrado a la tragedia de la violencia, la guerra y la muerte, sino que hemos llegado a extremos increíbles de brutalidad y desprecio por los sentimientos tradicionales de la humanidad. Hay tratados enteros sobre los usos y costumbres de la guerra que establecen las dignidades humanas en el marco de la tragedia que ella representa, en relación con los muertos, los prisioneros, los heridos y la población civil, en países y zonas en conflicto armado. Pero eso parece haberse perdido, ya no se reconoce la grandeza del adversario y se construye la victoria sobre el envilecimiento del enemigo. No tiene gran valor reconocerse vencedor frente a un adversario al que lo hemos desprovisto de todo merito.

No tengo la menor duda que Guillermo León Sáenz Vargas es uno de los muchos colombianos que, desde las motivaciones de sus inconformidades y rebeldías juveniles, en el estudio juicioso y el conocimiento detallado de la realidad y la historia de su país abrazaron ideas políticas altruistas, se formaron como revolucionarios y se comprometieron en la lucha por transformar las causas estructurales de nuestros conflictos.

No veo en Cano, ni un delincuente, ni un terrorista, ni un criminal de ninguna naturaleza, veo un hombre comprometido con su país, envuelto en las encrucijadas de la guerra y obligado por las circunstancias y propias convicciones a asumir responsabilidades mayores de un conflicto que se pudo resolver con una reforma agraria y un programa nacional agrario democrático, que ya cumple casi medio siglo de vida. No veo en la historia de vida de Cano ni el bandido, ni el narcoterrorista, ni el intransigente como se quiere presentar, ni siquiera veo en él un hombre de armas a la manera de Jorge Briceño, lo que veo es un hombre de ideas y de compromisos políticos buscando colocarse de manera favorable frente a una lógica perversa que piensa que un proceso de paz se da según la situación de la correlación de fuerzas en el campo militar, lo que no hace más que alimentar la confrontación. Creo que la reactivación de las FARC obedece a enfrentar la lógica del gobierno de que a la guerrilla hay que llevarla derrotada a una mesa de negociación y eso no va a ocurrir.

Un ejército se llena de gloria solo cuando reconoce la grandeza de su enemigo y le da el tratamiento que corresponde a sus dignidades militares, ¿qué héroes pueden ser quienes ejecutan a un bandido?… En eso las FARC, que son mucho menos formados en las tradiciones, usos y costumbres de la guerra, al momento de entregar los restos del Coronel Julián Ernesto Guevara, le rindieron homenaje militar y lo despidieron como Héroe de la Patria, eso es respeto por el enemigo, por su valor y por su grandeza.

No puede seguir siendo cierto que se reconozca el conflicto armado para concederle los derechos solo a las fuerzas institucionales y desconocer las condiciones del enemigo y sus derechos y, que ahora, se quiera sostener con una historia de connivencia criminal con el paramilitarismo y centenares de miembros de las fuerzas militares y de policías investigados y condenados por operaciones criminales, el fuero militar, que ha sido utilizado a través de la historia, no para salvaguardar la dignidad de la institución, sino, para dejar en la impunidad los crímenes que se cometen.

Alfonso Cano es a la FARC lo que el General Alejandro Navas es a la Fuerzas Militares, si este hubiese muerto en manos de la FARC, seguramente sus comandantes tendrían para él el máximo de sus reconocimientos como enemigo digno. Pero el general Navas que sabe de la guerra, también debe saber lo que significa conducir un ejercito en una guerra degradada y perder todos los días hombres y oficiales. La guerrilla también llora sus muertos que son tan campesinos como los miembros de las fuerzas militares, carga sus mutilados y da razón a sus familias.

La FARC tiene muchos prisioneros, pero de todos ellos tres son los que reclamaría con mayor énfasis la organización, los que el gobierno nacional entrego como bandidos a tribunales norteamericanos. Las FARC tienen 22 prisioneros del gobierno, alguno de ellos cumplió 15 años en manos de la organización. Abandonados a su suerte y en medio del fragor de los combates que son cada vez más intensos, por la dinámica de los operativos de las fuerzas militares centrados en bombardeos, ametrallamientos y desembarcos operativos. Me gustaría saber en cuanto pondera el gobierno el valor de sus prisioneros, de sus hombres, de sus héroes…, porque hace poco en uno de los conflictos más largos de la Historia de la Humanidad, el Estado Israelí, concedió por uno solo de sus prisioneros la libertad de algo más de mil palestinos.

La figura de la Llave de la Paz no la tiene el presidente Santos, él tiene por ahora la Cerradura de la Guerra, combatiendo con la misma intransigencia a los “intransigente” que critica. Comparto con algunos amigos la idea que si hay alguien que tenga la Llave de la paz de este país son las FARC y el ELN; es cuando ellos decidan en definitiva abandonar la guerra en un proceso de negociación discreto, donde la victoria no sea de uno o de los otros sino de la nación colombiana y de su esperanza de futuro que la paz será posible.

Ha muerto Cano, la estrategia ha funcionado y lo han hecho también que dejaron gravemente herido el proceso de paz y taponado el camino de la solución política negociada. Quienes hemos estado empujando desde la sociedad civil la salida negociada al conflicto armado, con obstinación si se quiere, nos sentimos profundamente tristes, no por la muerte de Cano, que desde luego nos consterna, sino por el futuro de esta Colombia que amamos y que está en manos de quienes consideran que los problemas se arreglan por la vía de la guerra y no en los escenarios de una democracia que se profundiza en el bienestar de la población y en su convivencia solidaria.

Los analistas especulan sobre quien será el sucesor, las FARC ya saben quien es… pero independientemente de uno o de otro, si las cosas no se modifican, si las actitudes de las partes no cambian, el sucesor será la guerra. No hay que buscar que la correlación de fuerzas sea favorable para avanzar en el camino de la solución política, lo que hay que buscar es el equilibrio dinámico de opiniones que hagan coincidir en propósitos muy claros la voluntad de las partes en un proceso de paz sin vencedores.

domingo, 30 de octubre de 2011

a Rebelarnos...

!!Universidad Industrial de Santander UNIDA, DIGNA Y REBELDE!!
Hace unos días escuchamos todos decir a Satos que: “así sea con protestas la reforma va a ser ley”. Omitiendo que nosotros los estudiantes ya hemos defendido la educación a lo largo de la historia y que no es la primera vez que nos vamos a enfrentar al estado (hoy es una muestra de ello). Los estudiantes vamos a salir a las calles a contarle a nuestra gente que vamos a construir una educación para el pueblo. Este es el momento, aquí y ahora es cuando demostraremos que nunca podrán callar nuestra voz, esa voz y esa fuerza comprometida  con la transformación como necesidad histórica. Este es el momento cuando le gritaremos al oído a la clase dirigente que se quiere hacer la sorda, que no estamos pintados, que iremos hasta las últimas consecuencias si es necesario para recuperar nuestra educación y la de las próximas generaciones.  Todos juntos vamos a echar para atrás la ley 30 y su reforma, de la mano del pueblo tenemos que empezar a dar la batalla, como siempre nos ha tocado. 
Con el pueblo, con las armas al PODER.

Juventudes M-19
Brigada Carlos Toledo Plata

miércoles, 13 de julio de 2011

 Erico Malatesta 
  Amor y Anarquia


 Al principio puede parecer extraño que la cuestión del amor y todas las que le son conexas preocupen mucho a un gran numero de hombres y de mujeres mientras hay otros problemas mas urgentes, si no más importantes, que debieran acaparar toda la atención y toda la actividad de los que buscan el modo de remediar los males que sufre la humanidad.
Encontramos diariamente gente aplastada bajo el peso de las instituciones actuales; gente obligada a alimentarse malamente y amenazada a cada instante de caer en la miseria mas profunda por falta de trabajo o a consecuencia de una enfermedad; gente que se halla en la imposibilidad de criar convenientemente a sus hijos, que mueren a menudo careciendo de los cuidados necesarios; gente condenada a pasar su vida sin ser un solo día dueña de si misma, siempre a merced de los patronos o de la policía; gente para la cual el derecho de tener una familia y el derecho de amar es una ironía sangrienta y que, sin embargo, no acepta los medios que les proponemos para sustraerse a la esclavitud política y económica si antes no sabemos explicarle de que modo, en una sociedad libertaria, la necesidad de amar hallará su satisfacción y de que modo comprendemos la organización de la familia. Y, naturalmente, esta preocupación se agranda y hace descuidar y hasta despreciar los demás problemas en personas que tienen resuelto, particularmente, el problema del hambre y que se hallan en situación normal de poder satisfacer las necesidades mas imperiosas porque viven en un ambiente de bienestar relativo.
Este hecho se explica dado el lugar inmenso que ocupa el amor en la vida moral y material del hombre, puesto que en el hogar, en la familia, es donde el hombre gasta la mayor y mejor parte de su vida. Y se explica también por una tendencia hacia el ideal que arrebata al humano espíritu tan pronto como se abre a la conciencia.
Mientras el hombre sufre sin darse cuenta los sufrimientos, sin buscar el remedio y sin rebelarse, vive semejante a los brutos, aceptando la vida tal como la encuentra.
Pero desde que comienza a pensar y a comprender que sus males no se deben a insuperables fatalidades naturales, sino a causas humanas que los hombres pueden destruir, experimenta en seguida una necesidad de perfección y quiere, idealmente al menos, gozar de una sociedad en que reine la armonía absoluta y en que el dolor haya desaparecido por completo y para siempre.
Esta tendencia es muy útil, ya que impulsa a marchar adelante, pero también se vuelve nociva si, con el pretexto de que no se puede alcanzar la perfección y que es imposible suprimir todos los peligros y defectos, nos aconseja descuidar las realizaciones posibles para continuar en el estado actual.
Ahora bien, y digámoslo en seguida, no tenemos ninguna solución para remediar los males que provienen del amor, pues no se pueden destruir con reformas sociales, ni siquiera con un cambio de costumbres. Están determinados por sentimientos profundos, podríamos decir fisiológicos, del hombre y no son modificables, cuando lo son, sino por una lenta evolución y de un modo que no podemos prever.
Queremos la libertad; queremos que los hombres y las mujeres puedan amarse y unirse libremente sin otro motivo que el amor, sin ninguna violencia legal, económica o física.
Pero la libertad, aún siendo la única solución que podemos y debemos ofrecer, no resuelve radicalmente el problema, dado que el amor, para ser satisfecho, tiene necesidad de dos libertades que concuerden y que a menudo no concuerdan de modo alguno; y dado también que la libertad de hacer lo que se quiere es una frase desprovista de sentido cuando no se sabe querer alguna cosa.
Es muy fácil decir: "Cuando un hombre y una mujer se aman, se unen, y cuando dejan de amarse, se separan". Pero sería necesario, para que este principio se convirtiese en regla general y segura de felicidad, que se amaren y cesaren de amarse ambos al mismo tiempo. ¿Y si uno ama y no es amado? ¿Y si uno aún ama y el otro ya no le ama y trata de satisfacer una nueva pasión? ¿Y si uno ama a un mismo tiempo a varias personas que no pueden adaptarse a esta promiscuidad?
"Yo soy feo -nos decía una vez un amigo- ¿Qué haré si nadie quiere amarme?" La pregunta mueve a risa, pero también nos deja entrever verdaderas tragedias.
Y otro, preocupado por el mismo problema, decíanos: "Actualmente, si no encuentro el amor, lo compro, aunque tenga que economizar mi pan. ¿Qué haré cuando no haya mujeres que se vendan?" La pregunta es horrible, pues muestra el deseo de que haya seres humanos obligados por el hambre a prostituirse; pero es también terrible... y terriblemente humano.
Algunos dicen que el remedio podría hallarse en la abolición radical de la familia; la abolición de la pareja sexual mas o menos estable, reduciendo el amor al solo acto físico, o por mejor decir, transformándolo, con la unión sexual por añadidura, en un sentimiento parecido a la amistad, que reconozca la multiplicidad, la variedad, la contemporaneidad de afectos.
¿Y los hijos?... Hijos de todos.
¿Puede ser abolida la familia? ¿Es de desear que lo sea?
Hagamos observar antes que nada, que, a pesar del régimen de opresión y de mentira que ha prevalecido y prevalece aún en la familia, esta ha sido y continúa siendo el mas grande factor de desarrollo humano, pues en la familia es donde el hombre normal se sacrifica por el hombre y cumple el bien por el bien, sin desear otra compensación que el amor de la compañera y de los hijos.
Pero, se nos dice, una vez eliminadas las cuestiones de intereses, todos los hombres serán hermanos y se amarán mutuamente.
Ciertamente, no se odiarán; cierto que el sentimiento de simpatía y de solidaridad se desarrollaría mucho y que el interés general de los hombres se convertiría en un factor importante en la determinación de la conducta de cada uno.
Pero esto no es aún el amor. Amar a todo el mundo se parece mucho a no amar a nadie.
Podemos, tal vez socorrer, pero no podemos llorar todas las desgracias, pues nuestra vida se deslizaría entera entre lágrimas y, sin embargo, el llanto de la simpatía es el consuelo mas dulce para un corazón que sufre. La estadística de las defunciones y de los nacimientos puede ofrecernos datos interesantes para conocer las necesidades de la sociedad; pero no dice nada a nuestros corazones. Nos es materialmente imposible entristecernos a cada hombre que muere y regocijarnos a cada nacimiento.
Y si no amamos a alguien más vivamente que a los demás; si no hay un solo ser por el cual no estemos particularmente dispuestos a sacrificarnos; si no conocemos otro amor que este amor moderado, vago, casi teórico, que podemos sentir por todos, ¿no resultaría la vida menos rica, menos fecunda, menos bella? ¿No se vería disminuida la naturaleza humana en sus más bellos impulsos? ¿Acaso no nos veríamos privados de los goces más profundos? ¿No seríamos más desgraciados?
Por lo demás, el amor es lo que es. Cuando se ama fuertemente se siente la necesidad del contacto, de la posesión exclusiva del ser amado.
Los celos, comprendidos en el mejor sentido de la palabra, parecen formar y forman generalmente una sola cosa con el amor. El hecho podrá ser lamentable, pero no puede cambiarse a voluntad, ni siquiera a voluntad del que personalmente los sufre.
Para nosotros el amor es una pasión que engendra por si misma tragedias. Estas tragedias no se traducirían más, ciertamente, en actos violentos y brutales si el hombre tuviese el sentimiento de respeto a la libertad ajena, si tuviese bastante imperio sobre si mismo para comprender que no se remedia un mal con otro mayor, y si la opinión pública no fuese, como hoy, tan indulgente con los crímenes pasionales; pero las tragedias no serían por esto menos dolorosas.
Mientras los hombres tengan los sentimientos que tienen -y un cambio en el régimen económico y político de la sociedad no nos parece suficiente para modificarlos por entero- el amor producirá al mismo tiempo que grandes alegrías, grandes dolores. Se podrá disminuirlos o atenuarlos, con la eliminación de todas las causas que pueden ser eliminadas, pero su destrucción completa es imposible.
¿Es esta una razón para no aceptar nuestras ideas y querer permanecer en el estado actual? Así se obraría como aquel que no pudiendo comprarse vestidos lujosos prefiriese ir desnudo, o que no pudiendo comer perdices todos los días renunciase al pan, o como un médico que, dada la impotencia de la ciencia actual ante ciertas enfermedades, se negase a curar las que son curables.
Eliminemos la explotación del hombre por el hombre, combatamos la pretensión brutal del macho que se cree dueño de la hembra, combatamos los prejuicios reigiosos, sociales y sexuales, aseguremos a todos, hombres, mujeres y niños, el bienestar y la libertad, propaguemos la instrucción y entonces podremos regocijarnos con razón si no quedan mas males que los del amor.
En todo caso, los desgraciados en amor podrán procurarse otros goces, pues no sucederá como hoy, en que el amor y el alcohol constituyen los únicos consuelos de la mayor parte de la humanidad.
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La historia de los otros




“Contaron los más viejos de los viejos que poblaron estas tierras que los más grandes dioses, los que nacieron el mundo, no se pensaban parejo todos.
O sea que no tenían el mismo pensamiento, sino que cada quien tenía su propio pensamiento y entre ellos se respetaban y escuchaban.
 
Dicen los más viejos de los viejos que de por sí así era, porque si no hubiera sido así, el mundo nunca se hubiera nacido porque en la pura peleadera se hubieran pasado el tiempo los dioses primeros, porque distinto era su pensamiento que sentían.
Dicen los más viejos de los viejos que por eso el mundo salió con muchos colores y formas, tantos como pensamientos había en los más grandes dioses, los más primeros.
 
Siete eran los dioses más grandes, y siete los pensamientos que cada uno se tenía, y siete veces siete son las formas y colores con los que vistieron el mundo. Me dice el viejo Antonio que le preguntó a los viejos más viejos que cómo le hicieron los dioses primeros para ponerse de acuerdo y hablarse si es que eran tan distintos sus pensamientos que sentían.
 
Los viejos más viejos le respondieron, me dice el Viejo Antonio, que hubo una asamblea de los siete dioses junto con sus siete pensamientos distintos de cada uno, y que en esa asamblea sacaron el acuerdo.
Dice el Viejo Antonio que dijeron los viejos más viejos que esa asamblea de los dioses primeros, los que nacieron el mundo, fue mucho tiempo antes del ayer, que mero fue en el tiempo en que no había todavía tiempo. Y dijeron que en esa asamblea cada uno de los dioses primeros dijo su palabra y todos dijeron: “Mi pensamiento que siento es diferente al de los otros”. Y entonces quedaron callados los dioses porque se dieron cuenta que, cuando cada uno decía “los otros”, estaba hablando de “otros” diferentes.
 
Después de que un rato se estuvieron callados, los dioses primeros se dieron cuenta que ya tenían un primer acuerdo y era que había “otros” y que esos “otros” eran diferentes del uno que era. Así que el primer acuerdo que tuvieron los dioses más primeros fue reconocer la diferencia y aceptar la existencia del otro. Y qué remedio les quedaba si de por sí eran dioses todos, primeros todos, y se tenían que aceptar porque no había uno que fuera más o menos que los otros, sino que eran diferentes y así tenían que caminar.
Después de ese primer acuerdo siguió la discusión, porque una cosa es reconocer que hay otros diferentes y otra muy distinta es respetarlos. Así que un buen rato pasaron hablando y discutiendo de cómo cada uno era diferente de los otros, y no les importó que tardaran en esta discusión porque de por sí no había tiempo todavía.
Después se callaron todos y cada uno habló de su diferencia y cada otro de los dioses que escuchaba se dio cuenta que, escuchando y conociendo las diferencias del otro, más y mejor se conocía a sí mismo en lo que tenía de diferente. Entonces todos se pusieron muy contentos y se dieron a la bailadera y tardaron mucho pero no les importó porque en ese tiempo todavía no había tiempo.
 
Después de la bailadera que se echaron los dioses sacaron el acuerdo de que es bueno que haya otros que sean diferentes y que hay que escucharlos para sabernos a nosotros mismos.
 
Y ya después de este acuerdo se fueron a dormir porque muy cansados estaban de haberse bailado tanto. De hablar no estaban cansados porque de por sí muy buenos eran para la habladera estos primeros dioses, los que nacieron el mundo, y que apenas estaban aprendiendo a escuchar.
No me di cuenta a qué hora se fue el Viejo Antonio. La mar duerme ya y del cabito de vela sólo queda una mancha deforme de parafina. Arriba el cielo empieza a diluir su negro en la luz del mañana…


CUENTOS CORTOS DEL SUBCOMANDANTE MARCOS "EL SAPITO"

"Había una vez un sapito que no estaba conforme con su ser sapito y que quería ser cocodrilo. Entonces fue al pantano a buscar al cocodrilo y le dijo: "Yo quiero ser cocodrilo". El cocodrilo le contestó: "No puedes ser cocodrilo porque de por sí eres un sapito". "Sí -dijo el sapito-, pero yo quiero ser cocodrilo. ¿Qué necesito hacer para ser cocodrilo?" El cocodrilo le dijo "No hay que hacer nada, uno nace cocodrilo y así es de por sí, un cocodrilo es un cocodrilo". El sapito le dijo: "Pero yo no quiero ser sapito, yo quiero ser cocodrilo. ¿Usted sabe en dónde o con quién me puedo inconformar por ser sapito y que me dejen ser cocodrilo?" "No sé, tal vez el búho sepa", respondió el cocodrilo. Y entonces el sapito fue a buscar al búho en el bosque. Ahí se encontró con otro sapito y le preguntó por el búho. "Ese sólo trabaja de noche -le respondió el otro sapito-, pero ten cuidado cuando hables con él porque el búho come sapitos". Entonces el sapito esperó a que llegara la noche y mientras esperaba se hizo una su fortificación para protegerse de los ataques del búho. Puso una piedra encima de otra y así hasta que se hizo una pequeña cuevita y ahí se metió. Cuando llegó la noche también llegó el búho, y el sapito, desde dentro de su cueva le preguntó: "Señor búho, ¿usted sabe con quién o dónde me puedo inconformar por ser sapito y exigir que me dejen ser cocodrilo que es lo que yo quiero ser?". "¿Quién me habla y de dónde?", preguntó a su vez el búho. "Yo soy y aquí estoy", respondió el sapito, y el búho se abalanzó para cogerlo con sus garras, pero como el sapito estaba dentro de la cueva, el búho sólo agarró una piedra y se la comió pensando que era un sapito lo que comía. Entonces el peso de la piedra hizo que el búho se cayera al suelo y que mucho le doliera la barriga. "Ay, ay -decía el búho-, ayúdame a sacarme esta piedra de la panza porque si no no puedo volar". El sapito le dijo que le ayudaría sólo si le respondía su pregunta. "Ayúdame primero y luego te respondo", le dijo el búho. "Naranjas -dijo el sapito-, primero dime, porque si te ayudo a sacar la piedra primero entonces me vas a comer y ya no me vas a responder".

"Bueno -dijo el búho-, te voy a responder: con el que tienes que inconformarte es con el león, él es el rey y sabe por qué cada quién es cada cual. Ahora ayúdame a sacar la piedra". "Never de limón la never -respondió el sapito-, porque si te saco la piedra te vas a seguir comiendo sapitos". "Ahí está -dijo el búho-, de balde te quieres inconformar, todavía te preocupas de los sapitos y tú ni siquiera quieres ser sapito". Pero el sapito no le hizo caso y se fue a buscar al león.

El león vivía en una cueva y el sapito pensó que no fuera a ser que el león comiera sapitos y tuvo una idea. Se mojó en un charquito y se revolcó en la tierra y así quedó disfrazado de piedrita. Cuando el león salió de su cueva, el sapito le dijo "Señor Rey León, vengo a inconformarme porque soy un sapito y yo quiero ser un cocodrilo". "¿Quién me habla?", preguntó el León. Y el sapito le respondió "Yo soy". "Pero tú eres una piedrita, ¿qué es toda esa historia de sapitos y cocodrilos?", le dijo el León. "Pues vengo a inconformarme porque uno no es lo que quiere ser sino lo que de por sí es", dijo el sapito. "Así es de por sí -dijo el León-, uno es lo que es y no puede ser otra cosa. Lo único que se puede ser es ser bien lo que uno es", dijo el León bostezando filosóficamente. En eso empezó a llover y el lodo que cubría al sapito se lavó y se vio claro que era un sapito y no una piedrita. El sapito no sabía si los leones comen sapitos y mejor se fue saltando de regreso a su charca.

Muy triste iba el sapito, brinca brincando, porque uno es lo que es y no puede ser otra cosa y porque lo único que puede ser es ser bien lo que uno es. Tristeando en eso que pensaba, llegó el sapito a su charca y rápido fue a buscar al cocodrilo. Cuando llegó al pantano no encontró al cocodrilo. Lo buscó por todos lados y no lo encontró. Le preguntó a los otros animales y éstos le respondieron "¿No sabías? Al cocodrilo lo encontró un cazador y ahora es un par de zapatos y una bolsa de piel de cocodrilo..." El sapito quedó pensando y, cuando todos pensaban que iba a decir que qué bueno que no era cocodrilo y qué bueno que era sapito, exclamó: "¡Eso es trascender el ser animal y no fregaderas!". Y se puso a estudiar y a practicar para ser un buen cocodrilo. Parece que lo hizo bastante bien y logró engañar a un cazador.

Dicen que el sapito es ahora un monedero carísimo. "Es de piel de un cocodrilo muy especial", dice la señorona que lo compró.
Moraleja: Del tamaño del sapo es la pedrada. Tan-tan."

CUENTOS CORTOS DEL SUBCOMANDANTE MARCOS "EL COSTURERO"

El costurerito
Había una vez un costurerito que mucho y muy bien cosía en su máquina de coser. Los machines del barrio se burlaban de él y le decían: “maricón”,  “sólo las viejas son costureras”, etcétera. Entonces el costurerito le cosió la boca a todos los que lo burlaban y ya no supimos cómo terminó el cuento porque nadie pudo contarlo.


El estado mexicano de Chiapas limita al sur con Guatemala, al oeste con el Océano Pacífico y al norte y este con otros estados mexicanos. Sus 120 municipios, (sin contar los nuevos creados por el zapatismo) ocupan 75.000 Km², una superficie similar a la de la provincia argentina Entre Ríos. Posee más del 40 % de la biodiversidad de todo México, pero el 90% de su población, 4 millones de personas, la gran mayoría indígena y campesina, sobrevive en la extrema pobreza. Las comunidades indígenas sufren la muerte masiva de niños y niñas por enfermedades curables.


El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) proviene de un movimiento guerrillero foquista y ortodoxo y nace el 17 de noviembre de 1983, transformándose en un ejército popular indígena, en un movimiento de vida que debe servir a las comunidades. Sigue la huella de Emiliano Zapata y la herencia maya; continuando con 500 años de lucha y resistencia. Son hombres y mujeres rebeldes que construyen su autonomía en busca de “UN MUNDO DONDE QUEPAN MUCHOS MUNDOS”. Este ejército insurgente concibe soldados para que no haya más soldados. Las armas son para defenderse.


La Revolución se reinventa: PARA TODOS TODO, PARA NOSOTROS NADA.


En 1994 entra en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC o NAFTA) con Norteamérica, una reforma que convierte a los indígenas y campesinos en propietarios individuales de la tierra, como parte del mercado capitalista, destruyendo el valor comunitario.


Son las mujeres quienes empujan el proceso, gritando en todas las lenguas: “HAY QUE HACER ALGO”, “YA NO”, “YA BASTA”. 


En la madrugada del 1 de enero miles de indígenas, después de 10 años de preparación, se cubren el rostro, cambian de nombre y nombrados colectivamente como EZLN se alzan en armas, expresando sus demandas: TRABAJO, TIERRA, TECHO, ALIMENTACIÓN, SALUD, EDUCACIÓN, INDEPENDENCIA, LIBERTAD, DEMOCRACIA, JUSTICIA, PAZ, CULTURA Y DERECHO A LA INFORMACIÓN. Los insurgentes zapatistas ocupan algunas cabeceras municipales de Chiapas y, tras doce días de combate con las fuerzas represivas del estado mexicano, respetan el “Alto el fuego” que demanda la sociedad civil y regresan a las selvas y montañas, recuperando y repartiendo sus tierras.


Comienza la organización de la lucha no violenta en un proceso de construcción de autonomía en las comunidades zapatistas. Definen el problema del poder como una CONSTRUCCIÓN DESDE ABAJO Y HACIA ARRIBA. 

El gobierno firma y no cumple con los Acuerdos de San Andrés sobre Derecho y Cultura indígena, en los que se otorgaba la autonomía pretendida.

El EZLN, rompiendo el cerco militar, nucleando a 38 municipios, da nacimiento en el 2003 a los Caracoles, como una nueva forma de organización política. Hoy son más de 40 Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas (MAREZ) divididos en cinco grandes regiones, cada una con una sede de autogobierno y centro de encuentro cultural y político (Caracol). Se declaran Autónomos y en Rebeldía, bajo los principios de:

SERVIR Y NO SERVIRSE

REPRESENTAR Y NO SUPLANTAR

CONSTRUIR Y NO DESTRUIR

OBEDECER Y NO MANDAR

PROPONER Y NO IMPONER

CONVENCER Y NO VENCER

BAJAR Y NO SUBIR

MANDAR OBEDECIENDO.


Para los mayas, el caracol es un símbolo: avanza lento pero firme y con su movimiento hacia dentro y fuera, permite ver al mundo desde la escucha mutua. Así caminan los zapatistas: tomando decisiones democráticas horizontales y por consenso a través de las Juntas del Buen Gobierno, integradas por representantes de las comunidades que se suceden de forma rotativa.


El 1 de enero de 2006 se inicia la OTRA CAMPAÑA enfatizando la construcción de relaciones de lucha con otros, por ABAJO Y A LA IZQUIERDA, abriendo espacios de encuentro de los diferentes sectores sociales: indígenas, campesinos, trabajadores, trabajadores sexuales, otros amores, mujeres, niños, jóvenes, migrantes…


Esta realidad de insurgencia y resistencia implica la construcción colectiva de una política anticapitalista, de izquierda, organizada desde abajo, y reivindica el ejercicio de los derechos humanos, la equidad de género y la diversidad cultural. Por fuera de las lógicas del gobierno nacional y de los partidos políticos, las comunidades zapatistas construyen con sus propias manos un sistema de Salud y Educación, entre otros.

En el Sistema Educativo Rebelde Autónomo Zapatista de Liberación Nacional los estudiantes y promotores de educación aprenden y enseñan mutuamente. La educación se concibe incluyente, emancipadora, bilingüe, rescata las diversas culturas, da lugar a la libertad de expresión y todos trabajan dentro de la idea de la construcción colectiva y de la autonomía elaborando sus propios programas.


El ejército federal y los paramilitares llevan a cabo una “guerra de baja intensidad” masacrando y desplazando a los campesinos indígenas. Enfrentando estos continuos embates, los zapatistas resisten y expresan su palabra.


Estos hombres y mujeres luchan por ser reconocidos, por ser respetados en su propia tierra haciendo valer sus derechos. No es sólo una causa de Chiapas. No es sólo una causa mexicana.

Es un despertar, un llamado a la toma de conciencia anticapitalista.


Esta lucha nos involucra, sus reivindicaciones son universales y por eso es una inspiración que debe ser difundida.


Estos cuentos nacen en la voz y puño del Subcomandante Insurgente Marcos. No sólo reflejan momentos históricos de la lucha, sino también la sabiduría ancestral indígena y los principios zapatistas.
¡ NO ESTÁN SOLOS !

¡ NO ESTAMOS SOLOS !



Erich Fromm considera que la libertad caracteriza la existencia humana como tal; además, el significado de la libertad varía según el grado de autoconciencia del hombre y su concepción de sí mismo como ser separada e independiente. De esta manera, la historia social del hombre comenzó cuando adquirió conciencia de sí mismo como unidad separada del entorno y de los demás individuos. Ese desarrollo de la autoconciencia se produce durante etapas, aún oscuras, en las que el hombre permanece todavía ligado al mundo social y natural, por lo que la conciencia de su individualidad es todavía parcial. Fromm afirma que el llamado "proceso de individuación", en el cual el hombre se desprende de sus lazos originales, se produce con mayor intensidad desde la Reforma hasta nuestros días. La analogía se establece con la vida individual, el niño al nacer deja de formar un solo ser con la madre y se separa biológicamente, aunque funcionalmente permanece unido a ella durante un tiempo considerable. El cordón umbilical une al individuo con su madre, restándole libertad, pero otorgándole lazos de seguridad y pertenencia; es lo que Fromm denomina "vínculos primarios", previos al "proceso de individuación", que unen al niño con su madre, pero también al adulto con la naturaleza, con un clan, casta o con el tipo de comunidad que fuere. El proceso de individuación y el desprendimiento de los vínculos primarios conllevan nuevos problemas: orientarse y buscar nuevas raíces en el mundo, encontrar nuevas seguridades en caminos que nada tienen que ver con la etapa preindividualista en la que la autoridad no se veía como una instancia separada. Es así cómo la libertad adquiere una nueva dimensión.

A medida que va creciendo el individuo, y mientras va cortando los vínculos primarios, tiende a buscar un mayor grado de libertad e independencia. Esa búsqueda, para Fromm, tiene dos aspectos: uno, en el que el niño se hace más fuerte, física, emocional y mentalmente, la voluntad y la razón se convierten en directoras en un proceso de fortalecimiento del yo, solo limitado por las condiciones individuales y, sobre todo, por las condiciones sociales (en toda sociedad, habría cierto nivel de individuación, que el hombre no podría sobrepasar); el otro aspecto del proceso de individuación es el aumento de la soledad, consecuencia de ser consciente de ser una entidad separada de todos los demás y de la pérdida de los vínculos primarios, el mundo se torna amenazador y peligroso y el individuo adquiere angustia e impotencia. En este último aspecto, surge en el individuo el impulso de abandonar su propia personalidad, de sumergirse en el mundo exterior, aunque ello nada tenga que ver con los vínculos primarios ya erradicados. Una sumisión que tratara meramente de invertir el proceso de individuación tendría un precio muy alto a nivel síquico, dando lugar no solo a inseguridad, también a hostilidad hacia las personas de las que se depende.

Fromm considera que existe otro camino para combatir la soledad y la angustia, y es la relación espontánea hacia los hombres y la naturaleza, con la cual se crean vínculos con el mundo sin renuncia alguna a la individualidad. El amor y el trabajo creador son las expresiones más dignas de ese tipo de relación, que está arraigada en la personalidad de cada individuo. Puede hablarse de un proceso dialéctico resultante del crecimiento de la individuación y del aumento de la libertad individual, según el cual se puede dar simplemente la angustia e inseguridad de manera muy intensa o puede originarse un nuevo tipo de intimidad y de solidaridad con los demás, si se desarrollan en el niño o adulto esa fuerza interior y capacidad creadora que le conecten con el mundo. Para una buena armonía en el desarrollo, cada paso en la separación e individuación tendrían que ir acompañados por un correspondiente crecimiento del yo; desgraciadamente, hay causas individuales y sociales que dificultan ese equilibrio y producen un sentimiento de aislamiento e impotencia.

La existencia humana y la libertad son inseparables desde un principio, y es un concepto de libertad no en el sentido positivo ("libertad para") y sí en uno negativo ("libertad de"), es decir, liberación de la determinación instintiva del obrar (propia de los animales). Esta liberación, determinada por la debilidad biológica del ser humano, supone el punto de partida para el desarrollo humano, para toda cultura. El destino del hombre parece trágico, forma parte de la naturaleza y, sin embargo, tiene que trascenderla con un amplio margen de acción. No existe, en la historia ningún plan predeterminado ni proceso lineal, el proceso dialéctico de la libertad humana, marcado por el aumento de la fuerza e integración, por el dominio de la naturaleza, el desarrollo de la razón y de la solidaridad, por un lado, pero también por la inseguridad, impotencia y aislamiento, por otro, ha conducido a numerosos conflictos y luchas en diversas etapas en las que un mayor grado de individuación conllevaba nuevos peligros. La solución, para Fromm, en la relación del hombre individualizado con el mundo estriba en una solidaridad activa con todos los hombres; la actividad creadora, el trabajo y el amor espontáneos pueden unir al individuo con el mundo sólidamente, sin perder la libertad e independencia. Naturalmente, ello debe descansar sobre unas condiciones económicas, políticas y sociales de la que depende el proceso de individuación; si no existieran esas condiciones, y se privara además a los individuos de sus vínculos primarios, la libertad se convertiría en una carga insoportable y se buscaría refugio en algún tipo de sumisión. Si bien puede considerarse que, desde el final de la Edad Media, se inició ese proceso de individuación al que se refiere Fromm y que podría haber tenido su culminación en la época contemporánea, aun admitiendo el crecimiento del individuo en muchos aspectos, ha habido retrasos en el desarrollo entre la "libertad de" (carencia de ataduras) y el de la "libertad para" (inexistencia de posibilidades para una realización positiva de la libertad). Ello explicaría el miedo a la libertad producido en Europa, con diferentes manifestaciones y generando, bien indiferencia, bien nuevas cadenas.


"El M - 19 era un barco lleno de locos..que se mantenìa a flote por astucia algunas veces... pero màs por suerte que otra cosa...  "
... una de las frases que màs citaba el  Cdte. Raul..

El presente mensaje es solo una manifestación de la profunda desolación que nos embarga al conocer la noticia del fallecimiento del Cdte.  Germán Rojas "Raul.." o simplemente el Comanche Raulito para quienes le conocimos de cerca, sentimos profundamente su pérdida, sentimos profundamente no haber podido conocer sus ultimas palabras, sentimos su muerte... más aun cuando los sueños empezaban a rearmarse, cuando más necesitábamos de sus palabras acentuadas desde la locura de un soñador que no se dejaba embargar ni siquiera por las afecciones de una vida golpeada por el paso de los años... Sentimos no haber podido compartir los avances del proyecto, la nueva ruta, las nuevas decisiones que se venian orientando desde tu ejemplo Comanche... Sentimos tu ausencia.. Sin embargo, prometemos no dejar que la tristeza nos arruine el amanecer, prometemos no quedarnos pequeños ante el reto que impone levantar las banderas del M - 19 recuperando la historia completa, con sus ires y venires, prometemos engrandecer los anhelos del pueblo por encima de todo, hasta de nuestra vida misma,  prometemos mantener viva la llama de la rebeldia en nuestros corazones.. tal y como nos enseñaste... Venceremos y aquel 19 será...

De parte de todos los integrantes de nuestra organización enviamos un saludo fraterno y solidario a  familiares y amigos del Cdte. Raul, y de antemano les aseguramos que los acompañamos en su dolor, aunque no nos vean, sabrán que estamos junto a uds.... y por favor no tomen a mal el uso de este medio para expresar nuestros sentimientos de solidaridad, pues esta es la unica manera en que podemos comunicarnos con muchas de los compas en Cali.. sentimos lo mismo que uds. porque somos  lo mismo ...

Desde la clandestinidad a la que nos obliga el que hacer patriótico.

Juventudes del Movimiento 19 de Abril
Brigadas:
 Irma Franco UPN  - Uriel Gutierrez UN - Luis Otero UNIVALLE - Carlos Toledo Plata UIS